La libélula y el zorro
- Johnny Bassy
- 14 ago 2024
- 1 Min. de lectura
Había una vez una libélula que volaba sobre un estanque.
Volaba allí cada día y tranquilamente.
Las ranas se bañaban y los sapos se escondían hasta la noche.
Las luciérnagas dormían.
Un zorro jugaba a la pelota con sus amigos por la orilla.
Todo estaba en armonía, hasta que al zorro se le escapó la pelota y cayó dentro del estanque.
Todos los animales del estanque se quedaron mirando perplejos esa pelota flotando en medio del agua.
El zorro se acercó al agua y vio a la libélula que volaba cerca de allí.—¿Podrías pasarme la pelota, por favor? —preguntó el zorro.—¡Oh, claro que sí! —exclamó la libélula.
El anisóptero* fue hacia la pelota y la agarró, pero pesaba tanto que casi no la podía mover.
Poco a poco, los animales, que se dieron cuenta de lo que pasaba, fueron hacia allí para ayudarla.
Las ranas primero, desde el agua, y un par de carpas naranjas desde abajo.
Lentamente pero sin prisa, lograron llevar la pelota hasta la orilla.
—¡Muchas gracias a todos! —exclamó el zorro.—¡De nada, a su disposición! —exclamaron los animales del estanque.
Los sapos siguieron escondidos y las luciérnagas durmiendo.
*El nombre de la familia de las libélulas.
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